Y de repente esos techos altos que tanto te gustaba escalar en tu cabeza se convirtieron en cimas inalcanzables. Nunca pensaste que alguien podía tener en sus manos la capacidad de dejarte tan vacía en un segundo. Vos fumabas y sonreías como si la vida siguiese y hasta un buen día te despertaste y dejaste de pensar en todo eso que te lastimaba.
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Espero tu secreto